La gastronomía maya no es solo comida sino también es cultura y tradición

<div class="ql-align-justify"><strong>José María Morelos, Q. ROO.</strong> - La comida también es cultura, pero, además, la tradición gastronómica de la zona maya de Quintana Roo, encierra grandes beneficios para la salud de quienes aún la aprecian, por la gran variedad de ingredientes orgánicos que la conforman, lamentablemente, un gran porcentaje de los descendientes de esta gran cultura desprecian los platillos tradicionales.</div><div class="ql-align-justify">Al igual que la vestimenta típica de la región y la lengua materna peninsular, la gastronomía maya paulatinamente se va rezagando, principalmente por cuestiones de discriminación, consideró el catedrático de la UIMQROO José Manuel Poot Cahum.</div><blockquote class="ql-align-justify">“Que nuestros abuelos supieron combinarlo, frijol con una calabacita tierna, o calabacita tierna con un k’abax bu’ul, también con la chaya, el tsajbi chay, ellos ya conocían cómo combinar todos esos productos locales que tenemos, pero, pues, nos han engañado diciendo que, si lo comes, eres indio, eres maya, eres pobre”, citó.</blockquote><div class="ql-align-justify">Destacó, la comida de la gente antigua era sana y de ahí se explica la longevidad de las generaciones anteriores que crecieron consumiendo esos platillos tradicionales.</div><blockquote class="ql-align-justify">“Vamos entonces a consumir lo que viene, lo transgénico y, hoy en día, allá viene lo cancerígeno, ahí viene todo lo que es transgénico y, lo natural ya no lo queremos, porque es de indios y, nuestros abuelos lograron tener 90, 110 años, sanos, 60 años con bicicleta y nosotros a los 30, 40 años ya nos están detectando diferentes enfermedades”, dijo.</blockquote><div class="ql-align-justify">Subrayó, en las comunidades rurales, aún es posible que las familias estén consumiendo comidas preparadas a base de chaya, calabacita tierna, pepita de calabaza, y otros vegetales, lo cual es bueno para las nuevas generaciones, pero, remarcó, la mayoría basan su alimentación en esos productos debido a la pobreza económica que enfrentan.</div><blockquote class="ql-align-justify">“Afortunadamente, todavía hay muchas familias que la consumen, pero, es curioso, porque, repito, es un dilema, porque, las familias que lo consumen, pues, es por falta de recursos, porque tienen qué comerlo y, eso es bueno porque se va transmitiendo a las nuevas generaciones”, expresó.</blockquote><div class="ql-align-justify">Remató diciendo que, en semana santa, platillos como la chaya en sus diversos guisos, los chayotes capeados, otras comidas a base de frijol, como los joroch’es, son una magnífica alternativa para consumir en cuaresma, pues, no incorporan productos cárnicos, son económicos y, sobre todo, sanos.</div><div class="ql-align-justify"><strong>Juan Ojeda</strong></div><div><br></div><p><br></p>