Don Armando, un trovador ejemplar de la Zona Maya

Arte y cultura / José María Morelos

<p class="ql-align-justify"><strong>José María Moreles, Q. Roo.- </strong>Su amor por la música y, el haber crecido en medio de una sociedad bohemia que privilegiaba la cultura de las serenatas, incubó en don Armando, el gusto por la trova, hoy, en José María Morelos, este señor de más de 80 años, es quizá, uno de los últimos trovadores</p><p class="ql-align-justify">Cuando la estridencia de ritmos contemporáneos opaca la música de antaño, las cuerdas de la guitarra y la voz de un juglar de hoy, luchan por reafirmar en las nuevas generaciones la cultura de la serenata, de la trova, del bambuco y del bolero.</p><p class="ql-align-justify">Don Armando, está hecho a la antigua, como proclama Roberto Carlos: “de aquellos que suelen todavía llevar flores” y, por supuesto, serenata, pero, son pocos sus apóstoles, así que, evoca aquellas épocas doradas, cuando sus servicios como trovador eran ampliamente demandados.</p><blockquote class="ql-align-justify">“Pues ahora, la verdad, ya casi no llevo serenatas, porque, pues, no me vienen a ver los jóvenes, en los 60, cuando yo tocaba la guitarra, llevaba yo serenata, llevaba cuatro, cinco serenatas los sábados, ahí andaba, ¡ah!, y no habría corriente, estaba oscuro, ahí andábamos con foco”, dijo.</blockquote><p class="ql-align-justify">Hoy día, en los ventanales y balcones es más posible que se escuche el sonido de un videojuego, o de un Tik-Tok, que las dulces notas de una canción de amor.</p><blockquote class="ql-align-justify">“Sí, con la modernidad, ahora, la vida actual se está descuidando mucho, mayormente están con el cel”, comentó.</blockquote><p class="ql-align-justify">A pesar de todo, don Armando no cesa en su intención de despertar en los jóvenes el gusto por la buena música, así que, abrió la invitación para que se acerquen a las clases de guitarra y canto que ofrece y, que son totalmente gratuitas.</p><blockquote class="ql-align-justify">“Estoy tocando ahorita en el Bicentenario, ahí doy clases de música, los espero de tres a cinco para que aprendan a tocar, le puedan cantar a la mujer, lo que sienten, que se lo digan en canciones”, señaló.</blockquote><p class="ql-align-justify">Se refirió, sobre todo, a la riqueza del lenguaje utilizado en la música de trova de antaño, dirigido generalmente a enaltecer las virtudes del amor y la belleza de la mujer, frente al modo cuasi vulgar de expresarse en los ritmos modernos donde destacan las obscenidades y palabras altisonantes.</p><p class="ql-align-justify"><strong>Juan Ojeda</strong></p>