El artesano mexicano que 'conquisto' a la reina Isabel ll con sus obras

Noticias, Canal 10.- Roberto Ruiz nació el 2 de marzo de 1928 en Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, y fallece el 19 de junio del 2008 en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, des de muy joven dejo la escuela para trabajar, trabajaba de campesino, de mozo y de panadero y así ayudar económicamente a su madre.

Gracias a su último trabajo, en el cual, con el migajón de pan, comenzó a hacer pequeñas figuras de animales, de esta manera nació su afición por las esculturas, las cuales continuó moldeando con arcilla, tallando en madera y, finalmente, en hueso.

Desde ese momento sus obras se especializaron en miniaturas de calaveras y oaxaqueñas talladas en hueso.

El antropólogo Marco Ortiz, una figura destacada en los años 70 que vivió en Inglaterra e involucro mucho en la realeza el arte mexicano, gracias a ello, la reina ya tenía una colección de arte mexicano y este antropólogo le hablaba del buen trabajo que hacia Roberto Ruiz, por lo que la reina mando a organizar una feria de arte mexicana donde Roberto Ruiz y sus obras fueron invitados.

Después de la exhibición, la reina Isabel ll le dijo “Maestro, me han dicho que tus piezas son obra de arte, pero no lo son, ¡son joyas!, y como joyas deben de ser tratadas”

Después de estas palabras, la monarca realizó una ceremonia privada en el Palacio de Buckingham, donde el artesano fue el invitado especial.

Frente a Isabel II, en un cojín rojo, estaban dos piezas: un niño campesino y un camafeo con el rostro de la reina cuando tenía 17 años, tallado en marfil con plata. Entonces, la monarca, con la espada real las tocó y declaró las piezas de Roberto Ruiz como “joyas de la corona” en 1981.

El camafeo del rostro de la reina fue guardada junto a las joyas de la corona y las diecisiete piezas fueron trasladadas al Palacio de Buckingham en donde se exhibieron de forma permanente durante veintiocho años.

Roberto Ruiz es considerado uno de los más grandes talladores de hueso que haya existido en este país, su talento le valió mucho el reconocimiento de los especialistas e intelectuales y personas importantes en el mundo, entre ellos Carlos Monsiváis a tal grado de definirlo como “un creador popular, un artista de tradición artesanal, un artesano sin límites formales”.