José María Morelos, Q. Roo.- Reunidosen un predio rural, rodeados de árboles y fauna silvestre, niños, jóvenes y adultos dejaron por un momento la tecnología y se conectaron con rudimentarios, pero divertidos medios de entretenimiento. En la finca “La Reliquia”, por tercer año consecutivo, se llevó a cabo un encuentro singular, uno donde los teléfonos celulares no tuvieron más función que la de grabar y tomar fotografías de los diversos juegos que se practicaron, como: canicas, trompo, balero, t’injoroch’ y Kimbomba. Durante años, Cesáreo May, un habitante de Santa Gertrudis, había pugnado por cristalizar una acción seria de rescate de juegos tradicionales y, desde hace tres años, promueve un encuentro en el que, los mejores jugadores reciben un premio en efectivo.