<p style="text-align: justify;"><strong>M&eacute;rida, Yucat&aacute;n.-</strong> Ya en pleno receso, tras haber acabado la primera vuelta de la <strong>Liga Mexicana de B&eacute;isbol fue la Franklin</strong> la que dio la nota, tal y como lleg&oacute; a ocurrir, en la d&eacute;cada de los 80 con otra pol&eacute;mica pelota, la Comando con la que se superaron varios records por su facilidad de desaparecer de los estadios, entre ellos el fijado con 54 jonrones por el legendario <strong>Jack Pierce</strong>, de los Bravos de Le&oacute;n, en 1986.</p> <p style="text-align: justify;">De entrada, la cantidad de bambinazos, que pas&oacute; de 811 conectados, en el segundo torneo del a&ntilde;o, con 57 partidos, a 1,281 en 60.</p> <p style="text-align: justify;">El ex lanzador Vicente Palacios, couch de los Leones de Yucat&aacute;n, que lleg&oacute; a experimentar en carne la llegada de la Comando, admiti&oacute; que la Franklin vuela mucho, pero como todo habr&aacute; que adaptarse, realizar algunos ajustes.</p> <p style="text-align: justify;">&nbsp;</p> <p style="text-align: justify;"><strong>M&eacute;rida, Yucat&aacute;n.- </strong>Presencia aceptable, desde la loma de las responsabilidades y en la caja de bateo, tuvieron los cinco representantes de los Leones de Yucat&aacute;n en el Juego de Estrellas, celebrado en el <strong>&ldquo;Alfredo Harp Helu&rdquo;</strong>, de la capital del pa&iacute;s, donde la Zona Norte dio muestra de contundencia ofensiva para imponerse a la Sur, 11-6.</p> <p style="text-align: justify;">De las seis carreras de los sure&ntilde;os, tres salieron de los maderos melenudos de <strong>H&eacute;ctor Hern&aacute;ndez</strong> y <strong>Sebasti&aacute;n Valle.</strong> La <strong>&ldquo;Vieja&rdquo;</strong> bate&oacute; de 2-2, y remolc&oacute; dos de las tres carreras que anot&oacute; el Sur, en la sexta, y el receptor conect&oacute; de 3-2, produciendo la sexta, en la novena.</p> <p style="text-align: justify;">Yoanner Negr&iacute;n y C&eacute;sar Valdez lanzaron a una entrada, la segunda y tercera, respectivamente. Ambos ponchado a dos, permitiendo a dos imparables, aunque el primero tambi&eacute;n una carrera, que a la postre signific&oacute; cargar con la derrotada. Jos&eacute; Samayoa, quien en un principio se dijo que no jugar&iacute;a, se enfrent&oacute; a un bateador al que le otorg&oacute; pasaporte.</p>