<p style="text-align: justify;"><strong>Mérida, Yucatán.-</strong> El béisbol, como muchas otras disciplinas deportivas, no está exento de cábalas, supersticiones o simples manías. En los Leones de Yucatán, basta con fijarse un poco, para descubrir las creencias de sus jugadores sobre todo cuando acuden a la caja de bateo.</p> <p style="text-align: justify;">Y con acciones repetitivas sistemáticamente, llaman la atención<strong> José Juan Aguilar,</strong> que momentos antes de que el lanzador le envíe el disparo, acerca las muñecas hacia la boca.</p> <p style="text-align: justify;">También está Sebastián Valle, que antes de cada turno besa el crucifijo que lleva<strong>; Alex Liddi</strong> se acomoda las guanteletas, tras cada lanzamiento; <strong>Walter Ibarra </strong>realiza unos trazos antes de batear, y <strong>Jorge Flores </strong>mantiene elevada la pierna.</p> <p style="text-align: justify;">Que decir de <strong>Yoanner Negrín,</strong> quien después de salir de cada partido, al dirigirse a la caseta, roza el césped, se lleva la mano derecha a la boca haciendo una señal de la cruz y lanza una mirada al cielo, todo un ritual.</p> <p style="text-align: justify;">En una ocasión el pelotero confió a los medios de comunicación que esa es una manera de recordar a su padre, quien le inculcó el gusto al béisbol.</p>