De acuerdo con el representante del PRI ante el Consejo General, Juan Alberto Manzanilla Lagos, las salidas no fueron voluntarias, sino consecuencia de presiones laborales, sobrecarga de trabajo y presunto acoso laboral hacia quienes se negaban a cumplir “peticiones a modo” o no respondían a los intereses de la titular.

Manzanilla señaló que entre los afectados hay personal con más de dos décadas de servicio al Instituto, desde su creación en 2002, y que habían laborado bajo tres administraciones consecutivas sin incidentes, hasta que, con la nueva gestión, fueron separados de sus cargos de manera repentina.

Ante esta situación, el representante priista hizo un llamado a los tres nuevos consejeros del IEQROO a revisar el caso y establecer contrapesos internos que garanticen un ambiente laboral justo y transparente.