<p class="ql-align-justify"><strong>Chetumal, Q. Roo.- </strong>Mujeres y niños se quedan a trabajar los campos productivos de picante, pues la mayoría de los jornaleros han emigrado en busca de mejores oportunidades de empleo. En plena cosecha de chile jalapeño, la jornada es de 13 horas en un solo día.</p><p class="ql-align-justify">Dedican largas jornadas de trabajo para vender en 7 pesos cada kilogramo de picante, el cual es adquirido por un intermediario.</p><p class="ql-align-justify">Afirman que, el precio varía por el comprador, pero están obligados a vender de lo contrario termina pudriéndose en sus campos.</p><p class="ql-align-justify">No tienen otro medio de subsistencia, por lo que están sujetos a las labores del campo y lo que reciben de sus familias que han emigrado ya sea a zonas turísticas e incluso al extranjero.</p><p class="ql-align-justify"><strong>Rosi Dorado</strong></p>