Sindicato del ISSSTE exige renuncia del subdelegado administrativo Gibran Rojano, por negligencia administrativa

Chetumal, Q. Roo.- Por presunta negligencia, apatía e irresponsabilidad en sus funciones, el sindicato de Trabajadores del ISSSTE en Quintana Roo, a través de su líder sindical, José Lorenzo Braga Medina, solicitó de manera urgente la renuncia irrevocable del subdelegado administrativo, Gibran Sergio Rojano Carrillo, y de Fernando Vera Cantón, encargado del Departamento de Materiales y Obras.

A ambos se les responsabiliza del desastre administrativo, operativo y médico que padecen las clínicas de la entidad. En una conferencia de prensa realizada en las instalaciones del sindicato, Braga Medina detalló la grave situación que enfrenta la clínica del ISSSTE en Chetumal. La falta de energía eléctrica, medicamentos, equipo médico y el deterioro general de las instalaciones han afectado severamente los servicios.

Estos problemas, según el sindicato, son resultado directo de la inacción de Rojano Carrillo y Vera Cantón, quienes, pese a recibir múltiples oficios advirtiendo sobre las necesidades de mantenimiento, no tomaron medidas preventivas.

La falta de energía eléctrica en la clínica, que provocó protestas y bloqueos por parte de los trabajadores, es solo una muestra de las fallas administrativas que han dejado a los derechohabientes sin atención médica adecuada.

Braga Medina afirmó que, a pesar de las reiteradas advertencias y solicitudes por parte del sindicato para atender los problemas del tendido eléctrico y otros mantenimientos esenciales, los funcionarios ignoraron la situación hasta que el sistema colapsó completamente.

Braga Medina criticó duramente los tres años de gestión de Rojano Carrillo y Vera Cantón, señalando que durante este periodo solo han actuado en beneficio propio, sin considerar el bienestar de los derechohabientes ni del personal médico.

Afirmó que la situación de las clínicas del ISSSTE en el estado ha llegado a un punto crítico, y la falta de insumos y mantenimiento adecuado no solo afecta la calidad del servicio, sino que pone en riesgo la salud y vida de los pacientes.

César Castilla