<p style="text-align: justify;"><strong>Noticias Canal 10.- Matamoros, Tamps.-</strong> El migrante salvadoreño Óscar Alberto Martínez Ramírez, y su hija Valeria, de un año y 11 meses<strong>, murieron ahogados en el río Bravo al intentar cruzar la frontera e ingresar a Brownsville, Texas.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><strong>Cansado de esperar en Matamoros la oportunidad para solicitar asilo político a las autoridades de Estados Unidos,</strong> el domingo por la tarde Óscar Alberto decidió que cruzaría el cauce, acompañado de su esposa Tania Vanessa Ávalos y la pequeña Valeria.</p> <p style="text-align: justify;">Sin embargo, el centroamericano y su hija fueron arrastrados por la corriente. <strong>Tania vio desde la orilla cómo sus seres queridos se sumergían a la altura de la calle Matamoros, a unos metros del monumento la Cruz del Migrante.</strong></p> <p style="text-align: justify;">Tania Vanessa Ávalos relató cómo desde hace dos meses ella y sus familiares permanecían en un campamento de migrantes ubicado en el puente Puerta México, en espera de conseguir una cita para pedir asilo político al gobierno de Donald Trump. <strong>Explicó que contaban con visa humanitaria por parte del gobierno mexicano.</strong></p> <p style="text-align: justify;">Agregó que la estadía comenzó a prolongarse, los días transcurrían sin ninguna noticia y soportando temperaturas de hasta 45 grados centígrados. Su esposo comenzó a entrar en desesperación y la tarde del domingo tomó la decisión de que atravesarían el río Bravo.</p> <p style="text-align: justify;">Óscar Alberto tomó a Valeria entre sus brazos e ingresó al agua; nadó hasta el otro lado y llegó a tierra firme, donde dejó a su hija. Enseguida, emprendió el regreso para ir por Tania.</p> <p style="text-align: justify;">No obstante, en un instante se percató que la niña, al ver que él se alejaba, se arrojó al agua. Óscar Alberto regresó y alcanzó a sujetar a la pequeña, pero una fuerte corriente los arrastró y hundió.</p> <p style="text-align: justify;"><strong>La búsqueda</strong></p> <p style="text-align: justify;">Al ver desde la orilla del cauce que su esposo y su hija se sumergían, la señora pidió apoyo de las autoridades, por lo que elementos del cuerpo de bomberos, de la Marina y policías estatales iniciaron en lanchas labores de búsqueda.</p> <p style="text-align: justify;">El rastreo se prolongó 12 horas y fue la mañana de ayer cuando rescatistas encontraron los cuerpos de los salvadoreños a unos 500 metros de distancia del sitio donde se los llevó la corriente y a un kilómetro del Puente Internacional.</p> <p style="text-align: justify;">Padre e hija quedaron juntos, sujetados por la camisa negra que vestía Óscar Alberto, y<strong> la pequeña con su brazo derecho rodeando el cuello de su progenitor, quien hasta el final luchó por salvarle la vida.</strong></p> <p style="text-align: justify;">Hasta el mes pasado, en Matamoros, limítrofe con Brownsville, Texas, había dos campamentos de migrantes: uno en el Puente Viejo y otro en Puerta México, en las márgenes del río Bravo.</p> <p style="text-align: justify;"><strong>Larga espera</strong></p> <p style="text-align: justify;">Salvadoreños –como Óscar y su familia–, nicaragüenses, cubanos, brasileños y africanos deambulan en el cruce internacional a la espera de ser llamados por oficiales de inmigración de Estados Unidos y así poder presentar su solicitud de asilo político.</p> <p style="text-align: justify;">A finales de mayo el número de solicitudes era de alrededor de 2 mil y una multitud de extranjeros rodeaba el Puente Viejo y Puerta México, donde agentes estadunidenses concedían un promedio de tres citas a la semana.</p> <p style="text-align: justify;"><strong>Tras los acuerdos entre los gobiernos de México y Estados Unidos, autoridades del Instituto Nacional de Migración procedieron a retirar a los indocumentados</strong> y llevarlos a albergues, explicó Juan Antonio Sierra, coordinador de la Casa del Migrante, administrada por la diócesis local.</p> <p style="text-align: justify;">El campamento del Puente Viejo fue desmantelado y ahora los extranjeros <strong>se limitan a esperar en los alrededores del cruce Puerta México para ser llamados y poder ingresar a Estados Unidos a pedir asilo.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><u>En condiciones de hambre y hacinamiento, y bajo temperaturas de hasta 45 grados centígrados, los migrantes esperan la oportunidad de ser escuchados y lograr mejores condiciones de vida.</u></p> <p style="text-align: justify;"><u>Óscar, Valeria y Tania eran parte del grupo que no pudo conseguirlo.</u></p> <p style="text-align: justify;"><u>Fuente: La Jornada.</u></p>