José María Morelos, Q. Roo.- La ganadería menor, como la ovinocultura, es una actividad rentable que, en algunos casos, es clave para mantener operando ranchos que, si persistieran solo en la crianza de bovinos, ya habrían fracasado El rancho “El Tarro”, uno de los más longevos de José María Morelos, encontró un punto de apoyo en la crianza de ovinos, que son de más rápida reproducción, menor inversión y, por si fuera poco, la carne tiene creciente demanda, confirmó Ángel Velo, un heredero de la tradición ganadera. Pero si es rentable, si es rentable, yo lo he visto, los borregos, lo mismo te da tener un becerro que tener cinco borregas, o sea, cinco borregas te van a dar una parición en un año, de dos partos, es más rápida la reproducción y, yo siento que es menos inversión. Para la barbacoa, para los cortes finos, acá en la Riviera están pidiendo, hay mucha demanda, el precio se está elevando y eso, nos apoya, nos ayuda. Indicó que, en las últimas décadas, la crisis que vive el sector ganadero ha alcanzado a varias ganaderías cuyos propietarios terminaron por claudicar. Él, encontró en la ovinocultura un punto de apoyo para mantener vigente el rancho que su padre le heredó y que ha subsistido por más de 50 años.