Jaime un ejemplo de persona con discapacidad

<p class="ql-align-justify"><strong>José María Morelos, Q. Roo. - </strong>En la zona maya de Quintana Roo es común encontrar historias interesantes, como la de Jaime, quien, a pesar de sufrir una discapacidad severa en sus extremidades inferiores, mucho tiempo sacó la casta y viajaba a Chetumal para bolear zapatos hasta que, su limitación física fue más fuerte que su voluntad, veamos quién lo recuerda…</p><p class="ql-align-justify">Hace unos años este personaje quizá hasta llegó a ser popular en los círculos políticos del sur del estado, pues a pesar de enfrentar una discapacidad severa en extremidades inferiores, solía viajar de su natal Gavilanes a Chetumal, lustraba zapatos para ganarse unos pesos, pues, en aquel tiempo tenía la ilusión de continuar estudiando.</p><p class="ql-align-justify">Durante mucho tiempo, semana a semana, repitió su hazaña hasta que, de repente, Jaime, sintió que los años le cayeron encima, su limitación física agravó y su desplazamiento fue cada vez más difícil.</p><blockquote class="ql-align-justify">“Bolear zapato de la gente, así, andando en los bares, todo, la gente ayuda con poco dinero la gente.</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">¿Hasta dónde llegaste haciendo este trabajo?</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">Mi trabajo, en Chetumal, ando boleando zapatos, de cantina en cantina, bares, ahorita no puedo, por mis pies, mis tendones están cortos, así nací”, dijo.</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">Con la dignidad que caracteriza a la gente de campo, Jaime quien ahora cuenta con 42 años, comentó que no está acostumbrado a vivir de apoyos y le gustaría trabajar, tener una tienda o quizá, hasta un carrito de perros calientes.</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">“Sí, quiere poner un cosita, un cosita en mi pueblo.</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">Una tiendecita..</blockquote><blockquote class="ql-align-justify">Ándale, tiendecita, un perrero, al lado del parque, yo quiero trabajar, pero no hay, no tengo dinero para comprar mi carrito, para no seguir andando y andando, ya quedé viejo, ya quedé viejo”, comentó.</blockquote><p class="ql-align-justify">En su particular forma de expresarse, Jaime compartió que quiere sentirse útil, pero dadas sus condiciones, requiere un capital semilla para emprender un pequeño negocio que le permita vivir sin mendigar o esperando apoyos de instituciones.&nbsp;</p><p><br></p>