Cancún, Quintana Roo. - El Día del Padre es, en definitiva, una oportunidad para reflexionar sobre los afectos, valorar su dedicación diaria y reforzar los lazos que unen a las familias, por lo tanto, es una fecha que rinde homenaje a esa figura paterna y reconoce el papel fundamental que desempeñan en la crianza, el acompañamiento y el desarrollo emocional de sus hijos.

De acuerdo Alejandro Luna, quien es padre de familia, pero también director del Instituto Municipal del Deporte señaló que el ser padre es una gran bendición y algo que siempre tiene presente es que no existe un manual para desempeñar este papel, pero cuando hay amor y se entiende la enorme responsabilidad que uno tiene en sus manos de guiar a los hijos todo lo demás es fácil, aunque también es importante dedicarle el mayor tiempo posible y disfrutar cada una de sus etapas.

El mejor regalo para Alejandro Luna al llegar a casa es que sus hijos lo reciban con un gran abrazo y beso, lo que mejora esos días de cansancio y mucho estrés, por ello, siempre busca un equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, ya que disfruta compartir tiempo de calidad a lado de ellos al jugar, leer, ver películas y series, escuchar música o al hacer deporte.

La comunicación entre padre e hijo es totalmente necesario, ya que si no existe esa relación no hay de dónde partir, es decir, no se sabrá lo que les gusta, lo que les duele, disgusta o lo que necesitan de uno como papá, y, por lo tanto, no habrá oportunidad para mejorar. 

Ser padre es una de las tareas más complejas, desafiantes y gratificantes que puede asumir una persona, a lo largo de la historia, el rol paterno ha ido cambiando, pasando de una figura de autoridad distante a un modelo de cercanía, acompañamiento y compromiso emocional. En esa transformación, queda en evidencia una verdad fundamental, la presencia de un padre amoroso e involucrado tiene un impacto positivo e irremplazable en la vida de un hijo.

Silvia Fernandez