José María Morelos, Quintana Roo.- Dar valor agregado a la miel producida en la zona maya del estado, se trasluce como la propuesta más viable para hacer rentable la apicultura

La dependencia de productores apícolas hacia intermediarios que entregan el endulzante a empresas exportadoras, representa un lastre con el que los apicultores deben lidiar, porque, casi siempre el precio de la miel queda sujeto a la especulación de dichos actores.

Un claro ejemplo ocurre en la temporada que ya casi finaliza, en algunas regiones de José María Morelos la cosecha fue óptima, pero, los precios no solo se mantuvieron bajos, sino que, a estas alturas la comercialización está paralizada.

Por todo este panorama, es imperativo que los campesinos se capaciten en métodos para dar valor agregado a su producto y desplegar estrategias para venta directa, como única manera de obtener dividendos de esta actividad, consideró Daniel Ciau, un apicultor de Mariano Matamoros.

Hubo buena cosecha, no nos podemos quejar, gracias a Dios de que, pues, sí… lo que no nos ayudó mucho, son los precios de la compra en a granel, empezó muy bajo, a duras penas llegó a 30 pesos el kilo, pues, ya volvió a bajar, ahorita creo que anda alrededor de 23 pesos; lo que nosotros estamos buscando como productores es darle un valor agregado a nuestro producto, embotellándolo, envasándolo para que también el productor saque un poquito de las ganancias de lo invertido.

Expuso que, por su parte, ha estado buscado ayuda de la Universidad Intercultural para registrar su marca, “La Perlita del Sureste”, cumpliendo con todos los requisitos para poder comercializar su miel con valor agregado.

Puntualizó que la gran mayoría de los apicultores están certificados como productores orgánicos, por ello, su miel tiene un alto grado de inocuidad, aplicarle el Valor Agregado y comercializarlo a un precio justo, les permitiría solventar los costos de operación de sus apiarios y obtener dividendos dignos.