Cancún, Quintana Roo.- Para decenas de niñas y niños que enfrentan un tratamiento contra el cáncer en Quintana Roo, asistir a clases se convierte en un reto mayor. Muchos de ellos interrumpen sus estudios durante meses o incluso años debido a la intensidad de sus terapias, los efectos secundarios y los constantes traslados médicos, lo que genera un importante rezago académico.

Georgina González, directora de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) Quintana Roo, explicó que actualmente más de 100 menores reciben atención en el estado, y que la mayoría no puede asistir a la escuela de forma regular.

Ante esta realidad, AMANC ha establecido alianzas estratégicas con instituciones como la Fundación Ciudad de la Alegría, que abre sus puertas para brindar un espacio educativo alternativo. En ese entorno, los menores pueden continuar sus estudios con acompañamiento pedagógico y emocional, adaptado a sus condiciones de salud.

Para AMANC, la educación forma parte del tratamiento integral: recuperar el ritmo escolar contribuye a mejorar el bienestar emocional y refuerza la motivación de los pequeños para seguir adelante.

Este esfuerzo se complementa con las campañas de sensibilización que la asociación realiza en escuelas, donde difunden información sobre los síntomas del cáncer infantil y promueven la detección oportuna.

Víctor Salazar