30 años de Colosio

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<p class="ql-align-justify"><strong>Por Víctor Sánchez Baños: </strong>Se cumplieron 30 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, entonces candidato del todopoderoso e invicto PRI, a la Presidencia de la República.</p><p class="ql-align-justify">Estaba destinado a ganar las elecciones pese a que, al interior del gobierno federal que encabezaba Carlos Salinas de Gortari, había grupos opositores a su proyecto, pero en especial del salinismo; eran salinistas de dientes para afuera, pero estaban en contra del salinismo en la realidad.</p><p class="ql-align-justify">A 30 años del asesinato de Luis Donaldo aún hay dudas en el colectivo nacional. Esas dudas ahora son estimuladas por el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien cuestiona aquella realidad que se dio a conocer en el gobierno de Ernesto Zedillo.</p><p class="ql-align-justify">Sobre la verdad de ese magnicidio, la única realidad es que desembocó en otros crímenes, como el ataque a tiros contra el cuñado de Salinas, José Francisco Ruiz Massieu, así como el golpe técnico que Zedillo dio a la estructura de la entonces Suprema Corte de Justicia de la Nación. Quitó al 90% de los ministros, de un plumazo, con el apoyo de aquel Congreso.</p><p class="ql-align-justify">Las teorías de la conspiración derramaron millones de litros de tinta en periódicos, libros y guiones de películas y documentales, sobre los autores intelectuales del asesinato de Colosio.</p><p class="ql-align-justify">Como periodista no estoy en condiciones de especular, aunque hay dudas de todo tipo. Algunos acusaron directamente a Salinas de haberlo asesinado, pero los hechos al final de cuentas, prueban que la principal víctima, después de Luis Donaldo, obviamente, fueron Carlos Salinas y su familia. El principal beneficiario fue Ernesto Zedillo quien, en diciembre de 1994, asumió el poder.</p><p class="ql-align-justify">Las consecuencias buenas o malas, de ese crimen, se reflejan en la vida democrática del país y afectaron absolutamente a todos los mexicanos en lo económico y en lo social.</p><p class="ql-align-justify">Se cambiaron las reglas del juego político. Ernesto Zedillo se vio obligado a entregar el poder a la oposición, que encabezada Acción Nacional, con Vicente Fox, y de ahí en adelante, la política se trivializó. Las promesas no se cumplieron y cayó por los suelos el ejercicio político del país. Cualquiera podría llegar a la Presidencia y cualquiera, sin preparación, ni principios, podría cambiar al país.</p><p class="ql-align-justify">Surgieron nuevos grupos, políticos y empresariales. Los poderes fácticos aumentaron su influencia y, por si fuera poco, el país sufrió una de las crisis económicas más graves de la historia, que hasta la fecha no hemos podido solventar.</p><p class="ql-align-justify">Esto quiere decir, en breves conceptos, que la muerte de Colosio representó para el país, un impacto brutal. Mucha gente no ha podido reflexionar, hasta la fecha, el daño a millones de mexicanos y sus descendientes. Que le abrió las puertas a grupos políticos como el de Atlacomulco con Enrique Peña Nieto, el Tabasco Power, de Andrés Manuel López Obrador; el Calderonismo, que revive con Xóchitl Gálvez, así como el salinismo, que aún se encuentran en las coordenadas políticas del poder.</p><p class="ql-align-justify">El discurso de Luis Donaldo era diferente, certero, social, demócrata y, fundamentalmente, para mejorar al país y, en especial, a los más necesitados. A través de la historia no ha cambiado nada. Hasta la fecha, es utilizado únicamente como carne electoral para alimentar la bajeza de un gran número de políticos.</p><p class="ql-align-justify">Las cosas no han cambiado en los últimos 30 años respecto a cuando Colosio vio un pueblo con hambre y justicia. Hoy la injusticia se ha incrementado. Hay más pobres; no existen posibilidades para que el país abra más oportunidades para los que menos tienen. La corrupción se mantiene y se incrementa y, al final de cuentas, el estado de derecho ha sido abandonado por el gobierno y sus instituciones.</p><p class="ql-align-justify">Si hubiera llegado Colosio a la Presidencia, las cosas no habrían cambiado mucho, aunque se pintaría de otros tonos. El discurso colosista se mantiene vivo y, pese a las promesas de campañas del oficialismo y lo oposición, se ve lejos que el país cambie.</p><p><br></p><p><br></p><p><strong>Fuente: Eje Central </strong></p>