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¿Por qué le temen a Alito?
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Gustave Le Bon (1841-1931) Psicólogo francés.
Víctor Sánchez Baños.- Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, el líder nacional del PRI, ha sorprendido a tirios y troyanos. Como oposición es el único que mantiene firmeza en el liderazgo de su partido, por una parte, y colocado Revolucionario Institucional, en instancias muy competitivas con el oficialismo de Morena. De todos los líderes de partidos, es el único que ha demostrado control de sus militantes.
Y, estimado lector, no se trata de lanzas loas sin sentido a un político. Se trata de analizar y revisar la travesía que recorrerá de aquí al 2030 el PRI, con Alito al mando.
Sin una oposición fuerte, la democracia se debilita. Se trata de equilibrios de poder. Por ello, las auténticas dos opciones opositoras son el PAN, de Jorge Romero, que se encuentra como caballo sin mecate, y el PRI, donde es indiscutible el control de Alejandro.
Las posturas de Alito son claras y definidas. No hay miedo, ni se aprecia servilismo para con el oficialismo de Morena. Son posturas, ahora del tricolor, resaltan las críticas a lo que creen que está equivocado el gobierno y reconocen lo que está bien hecho o, por lo menos, no ofrece riesgo, a su forma de ver, en la administración pública y política.
Hoy presentará ante sus militantes la estrategia del sexenio, donde definirá las bases de su liderazgo. Definitivamente, en Bucareli, están pendientes de sus lineamientos ya que se ve como contrincante de valor a los tricolores, mientras que en el PAN están peleándose cotos de poder.
No es suavecito con sus contrincantes. Le puso, por ejemplo, una barrida al senador poblano Ignacio Mier, quien prefirió retirarse del ring; encaró al grosero Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado. El petista morenista ha mantenido una postura intransigente y poco negociadora.
Además, Alito, exgobernador de Campeche, le puso un freno a las ansias de su sucesora, Laida Sansores (Morena) de encarcelarlo con acusaciones que resultaron sin sustento. Por si fuera poco, tiene una larga trayectoria política y ha causado polémica durante su dirigencia, que comenzó en 2019.
Como político de carrera, fue senador, diputado y ha ocupado puestos de liderazgo en el PRI, está curtido dentro del oficialismo (cuando gobernó Enrique Peña del PRI), y del gobierno de Morena. AMLO no pudo con él en el 2022 y 2023.
No hay que perderlo de vista, ya que temen los que se salieron el PRI, luego de saquearlo y disminuirlo, que se convierta en candidato presidencial para el 2030 y, en la coyuntura, se pueda colar a Palacio Nacional. En el electorado no es mal visto. Incluso lo ven como una opción de firmeza y bienestar general.
Al tiempo…