La Travesía Sagrada Maya tuvo un exitoso regreso

<p class="ql-align-justify"><strong>Noticias Canal 10.-</strong> Luego de 2 años que fue suspendida por la pandemia, la Travesía Sagrada Maya regresó con gran éxito conectando Cozumel y Xcaret en su edición 14, teniendo que superar también un aplazamiento por el mal clima.</p><p>La travesía es una peregrinación llevada a cabo originalmente hace siglos, que recrea una de las tradiciones más antiguas de la cultura maya, revivida por Grupo Xcaret desde hace dieciséis años.</p><p>El mar azul fue testigo una vez más de la travesía de 297 mujeres y hombres que remaron hasta Cozumel, para adorar a la Diosa Ixchel, tal y como lo hacían los antiguos mayas.</p><p>Entre danzas y rituales, los peregrinos fueron recibidos por la Diosa de la luna, la fertilidad, el amor, la medicina y los trabajos textiles.</p><p>Una vez más esta antigua práctica de comercio ligada con la ritualidad y navegación cobra vida con el fin de rescatar y revivir esta herencia milenaria.</p><p>Los espectadores, presenciaron las danzas y rituales que fueron representados por niñas, jóvenes, mujeres y hombres mayores que prepararon el momento para la entrada triunfal de las personas que durante meses se prepararon para surcar el mar caribe a bordo de las canoas hasta llegar al templo de la Diosa Ixchel.</p><p>Llegó el tiempo de las ceremonias de purificación y sanación que se celebraban en el antiguo puerto comercial Polé (hoy Xcaret) y Cuzamil (la isla de Cozumel) y luego de poco más de siete horas remando, mujeres y hombres canoeros pusieron el corazón en la última parte y concluyeron con mucha energía que se transmitió a los espectadores, quienes no dejaron de aplaudir y gritar para darles la bienvenida con júbilo por haber llegado a su destino.</p><p>Risas, lágrimas y abrazos y grandes emociones fue lo que se vivió a la llegada de una y otra canoa con sus tripulantes que hicieron de su espiritualidad su fortaleza para cumplir con su promesa de llevar ofrendas a la Diosa de la Luna, quien amorosa recibió y bendijo a todos los que se acercaron a ella.</p><p>Los canoeros descansaron en Cuzamil y escucharon a la Diosa: “No hay por qué amedrentarse, la muerte debe ser sometida por la vida y ambas deben necesitarse, todo lo que muere debe renacer, el ciclo vida y muerte debe ser natural. Ni poder, ni sometimiento, ni dominio, ni violencia, por más pequeña e insignificante que esta sea procuraremos vida y no daño”, sentenció Ixchelbelyax</p><p>Así, con el mensaje divino y la bendición de la deidad maya, las hermanas y hermanos canoeros emprendieron una vez más el viaje de regreso; con alegría y energía se hicieron a la mar a bordo de sus canoas para compartir el oráculo de Ixchel.</p>