<p class="ql-align-justify"><strong>José María Morelos, Q. Roo.-</strong> Las costumbres que caracterizaban el tradicional “Hanal Pixán”, se pierden y pareciera con ello, se pierde el respeto a estos ancestrales ceremoniales. Costumbres que caracterizaban la tradición del “Hanal Pixán” se han perdido al paso del tiempo.</p><p class="ql-align-justify">Felipe Cab, un campesino tradicionalista de La Presumida, recordó que antaño, una de las características de la proximidad de los “Finados”, era la pulcritud que prevalecía en las viviendas, así como no dejar tareas inconclusas.</p><blockquote class="ql-align-justify">Antiguamente, si vas a lavar y dejaste tu lavado, tienes que tratar de hacerlo y no dejar nada pendiente, si estabas chapeando tienes que terminar ese mecate, porque te dicen, según las costumbres, que, si no lo haces, el difunto viene y termina por ti. Hoy en día, asientan el altar, asientan las ofrendas y, ¡vámonos! El respeto se ha perdido, si se pudiera ponerle cumbia, reguetón, también se lo podrían a los fieles difuntos, pero rezos autóctonos, rosarios, rogativas, ya no hay.</blockquote><p class="ql-align-justify">Acotó, las ofrendas se disponían en jícaras y enseres de barro porque se creía que las almas de los difuntos no debían reflejarse en trastos de vidrio.</p><blockquote class="ql-align-justify">Los dulces tradicionales de siricote, ciruela, nance, macal, yuca, por mencionar algunos, se elaboraban desde semanas antes, y completaban las ofrendas una variedad de frutas, principalmente cítricos, hoy, todo eso, prácticamente se ha perdido, lamentó.</blockquote><p class="ql-align-justify"><br></p><p class="ql-align-justify"><br></p><p class="ql-align-justify"><br></p><p class="ql-align-justify"><strong>Juan Ojeda </strong></p><p><br></p><p><br></p>