<p class="ql-align-justify"><strong>José María Morelos, Q. Roo.- </strong>El deterioro de la sociedad ha ocurrido por la acción u omisión de padres de familia que, a pesar de saber que sus hijos incurren en conductas ilícitas, los protegen y evitan que las autoridades cumplan su función.Padres sobreprotectores y leyes otorgan más derechos a delincuentes que a víctimas, han dado como resultado una sociedad deteriorada, así opinó Remigio Carvajal, un expolicía que acumuló al menos dos décadas de experiencia.</p><p class="ql-align-justify">Señaló que unas décadas atrás, si los jóvenes cometían una falta administrativa o peor aún, un delito, eran los mismos padres quienes entregaban a sus hijos a las autoridades, pero, ahora las cosas son muy diferentes.</p><blockquote class="ql-align-justify">“Lo han propiciado sus propios papás, los han consentido sus propios… de antes no, si tu hijo la regó, los entregaban a la policía, nosotros teníamos que entrar a buscarlo en su casa, de antes, que brincó un terreno un delincuente, teníamos que buscarlo y sacarlo a como dé lugar, hoy no, hoy brincó un terreno, es su salvación. De antes, ratero, borracho, asesino, como tú quieras, los tenemos que sacar, los tenemos que entregar a la justicia”,</blockquote><p class="ql-align-justify">Manifestó que el resultado es frustrante, porque muchas veces pueden tener plenamente identificado a un delincuente, pero, al refugiarse en un domicilio y perderse el término de la flagrancia, por lo general, esos ilícitos quedan impunes.</p><p><br></p><p><strong>Juan Ojeda.</strong></p>