<p style="text-align: justify;"><strong>Noticias Canal 10.- </strong>Christopher Landau fue ratificado por el Senado de Estados Unidos como el próximo embajador del régimen de Donald Trump en México, <strong>ocupando un puesto que ha quedado vacante 15 meses durante uno de los periodos más volátiles y conflictivos en la historia de la relación bilateral.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><strong>Landau, un reconocido abogado en Washington, tiene nula experiencia diplomática. </strong>Sin embargo, como hijo de un diplomático estadunidense distinguido ha vivido amplios periodos en el extranjero -nació en España y vivió en América Latina donde su padre fue embajador en Chile, Paraguay y Venezuela.</p> <p style="text-align: justify;">Afirma que habla español y francés con fluidez y estudio América Latina durante su licenciatura en la Universidad de Harvard, <strong>de donde posteriormente egresó de su escuela de leyes.</strong></p> <p style="text-align: justify;">Landau, de 55 años de edad, es un abogado constitucionalista y experto en apelaciones, socio del bufete Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan. Ha encabezado casos ante la Suprema Corte de Estados Unidos como también litigios internacionales. Afirmó, en sus comparecencias ante el Senado, que su carrera como abogado le brindó un <em><strong>“profundo respeto por el imperio de la ley, por la importancia de resolver disputas de una manera civil, y por la dignidad del individuo” y que como embajador “llevaré estas pasiones a mi trabajo en México”.</strong></em></p> <p style="text-align: justify;">Antes de su trabajo en el sector privado,<strong> Landau fue asistente legal a principios de los noventa para dos de los jueces federales más conservadores de la Suprema Corte</strong>, el fallecido Antonin Scalia y el aún activo Clarence Thomas.</p> <p style="text-align: justify;">Insistió, en sus comparecencias en mayo, que se enfocará como embajador en<em><strong> “asegurar el imperio de ley en la frontera” </strong></em>de una manera conjunta con México, el combate al narcotráfico, y la relación económica bilateral incluyendo la aprobación del nuevo acuerdo de libre comercio.</p> <p style="text-align: justify;">Landau llegará a México no solo sin experiencia diplomática sino sin conocimiento particular de México, en contraste marcado con su antecesora, la embajadora Roberta Jacobson -una de las diplomáticas estadunidenses más experimentadas en el hemisferio y quien fue secretaria asistente de Estado para el Hemisferio Occidental antes de ser enviada a México,<strong> una de las funcionarias claves en en proceso de normalización de relaciones con Cuba y como embajadora ampliamente respetada por su conocimiento de, y cariño por, México.</strong></p> <p style="text-align: justify;">Jacobson, nombrada al puesto por Barack Obama en los últimos meses de su mandato, renunció en mayo de 2018, y<strong> muchos interpretaron su decisión como parte del éxodo de altos diplomáticos que provocó la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><strong>Landau de inmediato tendrá que abordar el caos diplomático provocado por su jefe en la Casa Blanca</strong>, sobre todo en torno al uso del tema migratorio y la fabricada “crisis fronteriza” para maniobras político electorales de Trump que en los últimos meses detonó una de las peores crisis diplomáticas bilaterales con México en décadas.</p> <p style="text-align: justify;">En sus comparecencias ante el Senado durante sus audiencias para su ratificación, enfatizó que sus padres fueron inmigrantes.<strong> Contó cómo su padre huyó de Austria a Colombia poco antes de la ocupación nazi, y elogió cómo Estados Unidos, como ningún otro país, otorgó la oportunidad a inmigrantes como sus padres de llegar tan lejos, incluyendo embajadores.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><u>Su padre, George Landau, quien fue un diplomático con gran influencia en definir la política estadunidense en América Latina. Inició su carrera diplomática como agregado comercial de la embajada estadunidense en Uruguay y formó parte de la delegación que creó la Alianza para el Progreso en los sesenta. Posteriormente fue funcionario en la embajada en Madrid entre 1962 a 1965, y despues ocupó puestos en el Departamento de Estado en Washington. Fue embajador de Estados Unidos en Paraguay entre 1972 a 1977, en Chile de 1977 a 1982 y en Venezuela de 1982 a 1985.</u></p> <p style="text-align: justify;"><u>Fuente: La Jornada.</u></p>