<div class="ql-align-justify"><strong>José María Morelos, Q. Roo.- </strong>Entre los años 90 del siglo pasado y hasta entrados los primeros años del siglo actual, ser tricitaxista en Dziuché, era sinónimo de prosperidad, un buen conductor, llegaba a ganar hasta 300 pesos al día, una suma respetable si se toma en cuenta el valor del peso en aquella época, hoy día, los pocos operadores que persisten acaso llegan a ganar 75 pesos en una jornada buena</div><div class="ql-align-justify">En José María Morelos la actividad del tricitaxi desplomó cuando entraron en funcionamiento los mototaxis, en Dziuché en cambio, la debacle de ese transporte ecológico ocurrió tras la muerte del curandero George Gómez, cuya fama trascendió fronteras y provocaba arribos masivos de personas de todos los estados del país y de otras naciones, evocó Leonardo Cimé.</div><div class="ql-align-justify">“Cuando vivía el difunto negro, cuando él vivía, como es, era curandero, pues venía mucha gente, llega hasta diez camiones de gente”, expresó. </div><div class="ql-align-justify">Este anciano que aún recorre las calles de Dziuché trasladando personas a bordo de su triciclo, lamentó que hoy día los ingresos ronden los 50 a 60 pesos por jornada y en un buen día, acaso logren ganar 75 pesos.</div><div class="ql-align-justify">“En esa época, hasta 300 pesos, ahora, puchi, con trabajo 50, 60 pesos, no hay, no hay”, expresó. </div><div class="ql-align-justify">Anotó, el único rubro que mantiene activo este tipo de transporte urbano es el escolar, pero, de ahí en fuera casi no hay usuarios, unos pocos turistas que llegan a esa otrora próspera localidad que ha tenido a lo largo de su historia, momentos deslumbrantes de prosperidad y otros de escasa economía.</div><p><br></p><p><strong>Juan Ojeda.</strong></p>
