Cancún, Quintana Roo.- La baja en los niveles de ocupación hotelera en Quintana Roo no obedece únicamente a factores operativos o al crecimiento del número de cuartos disponibles, sino a un problema más profundo: la percepción de inseguridad que se proyecta hacia los mercados turísticos. Así lo señaló Julián Balbuena Alonso, consejero de la Asociación Mexicana de Agencias de Turismo Receptivo (AMATUR), quien destacó que, aunque los hechos violentos en el estado no alcanzan la magnitud de otros destinos internacionales, la imagen que se difunde termina afectando directamente la decisión de viaje.

Balbuena explicó que la industria turística enfrenta un reto constante para contrarrestar esta percepción, pues mientras otros destinos con incidentes graves logran que sus crisis mediáticas se diluyan rápidamente, en Quintana Roo cualquier evento negativo permanece más tiempo en la narrativa pública.

El especialista subrayó que la inseguridad no puede “ponerse debajo de la alfombra”, pero sí debe enfrentarse con acciones coordinadas entre el sector privado y el gobierno, incluyendo promoción constante, manejo proactivo de medios y campañas que destaquen la oferta cultural, gastronómica y natural del destino. Aseguró que es responsabilidad conjunta de todos los actores convertirse en los primeros embajadores de la región para evitar que la percepción distorsionada continúe afectando la llegada de visitantes.

Víctor Salazar