Cancún, Quintana Roo.- La falta de supervisión parental y el tiempo que los niños y adolescentes pasan solos se ha convertido en un problema que incrementa su vulnerabilidad a problemas emocionales y adicciones. Aydee Meléndez Ruiz, psicóloga especializada explicó que esta situación afecta especialmente a los llamados "niños llaves", menores que, debido a las largas jornadas laborales de sus padres, deben cuidar de sus hermanos y atender sus propias necesidades sin apoyo adulto.

Este aislamiento prolongado no solo fomenta el desarrollo de trastornos emocionales como ansiedad y depresión, sino que también los expone a riesgos mayores, como el consumo de sustancias adictivas. Expertos señalan que, en muchos casos, estos menores buscan llenar vacíos emocionales o imitar conductas vistas en redes sociales, lo que agrava aún más su situación.

Comentó que, además, el fácil acceso a información poco confiable a través de plataformas digitales exacerba la problemática. Contenidos que normalizan el consumo de alcohol y drogas o que asocian estas prácticas con diversión y aceptación social tienen un impacto directo en su salud mental y en la toma de decisiones. Este entorno los empuja a adoptar conductas nocivas y dificulta el desarrollo de habilidades sociales esenciales.

Especialistas en salud mental hacen un llamado urgente a las familias para reforzar los lazos afectivos y la comunicación en el hogar. Destacan la importancia de enseñar a las menores formas saludables de gestionar sus emociones y de ofrecerles alternativas de entretenimiento que no impliquen riesgos.

Víctor Salazar