Así fue el primer día en la Tierra tras el asteroide que acabó con los dinosaurios

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<p style="text-align: justify;"><strong>Noticias Canal 10.-&nbsp;</strong>Hace unos 66 millones de a&ntilde;os, milenio arriba o abajo, un asteroide impact&oacute; con la Tierra en lo que hoy es el golfo de M&eacute;xico<strong>. El choque fue tal que la teor&iacute;a dominante entre los cient&iacute;ficos se&ntilde;ala que provoc&oacute;&nbsp;<a href="https://elpais.com/tag/dinosaurios/a/" target="_blank">la desaparici&oacute;n del 75% de la vida, empezando por los dinosaurios</a>.</strong> Ahora, el estudio de un cilindro de roca extra&iacute;do del cr&aacute;ter que provoc&oacute; ha permitido reconstruir minuto a minuto lo que pas&oacute; hace tanto tiempo. Y fue un verdadero infierno.</p> <p style="text-align: justify;">En 2016,&nbsp;<a href="https://elpais.com/elpais/2015/04/04/ciencia/1428102827_162801.html" target="_blank">la Expedici&oacute;n 364 al cr&aacute;ter de Chicxulub</a>, en el noroeste de la pen&iacute;nsula del Yucat&aacute;n (M&eacute;xico), taladr&oacute; la zona del impacto. No agujerearon el mismo centro, sino en el borde exterior del cr&aacute;ter. Extrajeron un cilindro rocoso de hasta 1.334 metros por debajo del lecho marino. Cortado en porciones, su&nbsp;<a href="http://www.ecord.org/expedition364/" target="_blank">estudio por un amplio grupo de ge&oacute;logos y cient&iacute;ficos de otros &aacute;mbitos</a>&nbsp;cuenta la historia en cap&iacute;tulos tan precisos como lo hacen los anillos de los &aacute;rboles o los n&uacute;cleos extra&iacute;dos del hielo, aunque hayan pasado millones de a&ntilde;os.</p> <blockquote> <p style="text-align: justify;"><strong>&quot;Es una de las ventajas con los cr&aacute;teres de impacto. Su formaci&oacute;n sigue leyes f&iacute;sicas muy bien definidas&quot;</strong>, dice el investigador del Centro de Astrobiolog&iacute;a/<a href="https://elpais.com/tag/csic_consejo_superior_investigaciones_cientificas/a">CSIC</a>&nbsp;y coautor del estudio, Jens Olof Orm&ouml;. <strong>&quot;Podemos reconstruir una secuencia de eventos (por ejemplo, ver qu&eacute; sedimentos siguen uno encima del otro). Por el tipo de sedimento (tama&ntilde;o de los clastos [fragmentos], tipo y clasificaci&oacute;n), podemos saber si se depositaron r&aacute;pida o lentamente, y aproximadamente el tiempo que tardaron&quot;</strong>, explica.</p> </blockquote> <p style="text-align: justify;">En Chicxulub, el asteroide impact&oacute; liberando una energ&iacute;a equivalente a la de 10.000 millones de&nbsp;<a href="https://elpais.com/tag/c/8672e3af8e39d817ae88127cc614767c">bombas como la de Hiroshima</a>. Volatiliz&oacute; ingentes cantidades de material y estudios anteriores han estimado que liber&oacute; en la atm&oacute;sfera 425 gigatoneladas de CO<sub>2</sub>&nbsp;y otras 325 de sulfuros (una gigatonelada equivale a 1.000 millones de toneladas m&eacute;tricas)<strong>. Un pen&uacute;ltimo dato: el subsiguiente tsunami llev&oacute; agua del Caribe hasta los grandes lagos del norte de Estados Unidos, a unos 2.500 kil&oacute;metros de la zona del impacto.</strong></p> <p style="text-align: justify;"><strong>Pero lo que m&aacute;s ha interesado a los ge&oacute;logos fue lo r&aacute;pido que se llen&oacute; la mayor parte del cr&aacute;ter con los restos del brutal choque.</strong> Se estima que en apenas 24 horas el agujero se cubri&oacute; de una capa de unos 130 metros de sedimentos, que son los que han estudiado ahora. Ah&iacute; est&aacute; escrita la historia del primer d&iacute;a de la vida en la Tierra tras el impacto. Ah&iacute; ponen los ge&oacute;logos la divisi&oacute;n entre dos eras, la del mesozoico y el cenozoico actual. Y ah&iacute; es donde casi todo indica que empez&oacute; la extinci&oacute;n de los dinosaurios y la emergencia de los mam&iacute;feros.</p> <p style="text-align: justify;"><strong>Seg&uacute;n el estudio,&nbsp;<a href="https://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1909479116" target="_blank">publicado en&nbsp;<em>PNAS</em></a>, los 40-50 metros inferiores, formados de roca fundida y fragmentaria (brechas) se depositaron minutos despu&eacute;s del impacto. </strong>Una hora m&aacute;s tarde se hab&iacute;a formado otra capa de unos 10 metros compuesta de suevita, rocas de vidrio y otros materiales fundidos. Horas despu&eacute;s se llenaron otros 80 metros de sedimentos m&aacute;s finos. Al acabar el d&iacute;a, el reflujo del agua retirada con el impacto arrastr&oacute; hasta all&iacute; ingentes cantidades de material de la regi&oacute;n y de zonas mucho m&aacute;s alejadas.</p> <p style="text-align: justify;">Entre esos &uacute;ltimos sedimentos, los investigadores han encontrado gran cantidad de material org&aacute;nico, en especial el rastro de hongos y mucho carb&oacute;n vegetal. Este debi&oacute; de llegar desde los restos de los incendios provocados tanto por el impacto como por la ca&iacute;da de materiales incandescentes en las selvas que hab&iacute;a centenares de kil&oacute;metros a la redonda.</p> <blockquote> <p style="text-align: justify;"><strong>&quot;Con un asteroide de 12 kil&oacute;metros golpeando&nbsp;<a href="https://elpais.com/tag/yucatan/a">Yucat&aacute;n</a>, los efectos locales debieron ser catastr&oacute;ficos y tambi&eacute;n probablemente en distancias de hasta 1.500 kil&oacute;metros del impacto, donde el pulso t&eacute;rmico pudo hacer que los &aacute;rboles ardieran. A mayores distancias, el material eyectado tambi&eacute;n habr&iacute;a provocado incendios por fricci&oacute;n a medida que ca&iacute;a desde la atm&oacute;sfera. Pero esos efectos debieron ser de corta duraci&oacute;n y no pueden explicar la extinci&oacute;n global del 75% de la vida&quot;</strong>, comenta en un correo, el principal coautor del estudio, el profesor del Instituto de Geof&iacute;sica de la Universidad de Texas (EE UU), Sean Gulick.</p> </blockquote> <p style="text-align: justify;">Esa parte de la historia empez&oacute; aquel d&iacute;a, pero debi&oacute; de durar a&ntilde;os. En la roca extra&iacute;da de los bordes interiores del cr&aacute;ter de Chicxulub hay una llamativa ausencia de materiales sulfurosos. No hay rastro de azufre en la zona y momento del impacto, aunque abundan las rocas ricas en sulfuros. Estos datos refuerzan la teor&iacute;a de que el asteroide expuls&oacute; enormes cantidades de sulfuros a la atm&oacute;sfera, impidiendo la radiaci&oacute;n solar y enfriando el planeta. <strong>Las simulaciones indican que la temperatura media global descendi&oacute; 20 grados y se mantuvo as&iacute; unos 30 a&ntilde;os.</strong></p> <blockquote> <p style="text-align: justify;"><strong>&quot;Estamos ante evidencias emp&iacute;ricas de la conexi&oacute;n entre el impacto del asteroide y la gran extinci&oacute;n&quot;</strong>, opina el investigador de la UNAM (Universidad Nacional Aut&oacute;noma de M&eacute;xico) y uno de los l&iacute;deres del grupo de investigaci&oacute;n,&nbsp;<a href="https://elpais.com/elpais/2016/05/12/ciencia/1463069588_121953.html" target="_blank">Jaime Urrutia</a>, que lleva investigando el cr&aacute;ter&nbsp;de Chicxulub varias d&eacute;cadas. Para &eacute;l, la gran aportaci&oacute;n este trabajo es la resoluci&oacute;n temporal que ofrece sobre la secuencia de eventos que siguieron a un impacto que sucedi&oacute; hace 66 millones de a&ntilde;os y marc&oacute; el destino del planeta.</p> </blockquote> <section id="sumario_1|html"> <p style="text-align: justify;"><u>Fuente: El Pa&iacute;s.</u></p> <p>&nbsp;</p> </section>